Hace unos años para ponerse en forma la principal opción era ir al gimnasio. En recientes fechas la disciplina deportiva ha cambiado. Hacer ejercicio ya no es tan poco común. La vida sana y el ejercicio son un estilo de vida actual. Cada vez más personas realizan ejercicio y tratan de tener una vida saludable.
Hace al menos 15 años, las opciones de entrenamiento eran reducidas. No obstante, en nuestros días existen muchas actividades para entrenarse. Para elegir una correcta actividad antes se deben atender varios factores. Lo primero es nuestro objetivo y el tiempo con el que disponemos. Lo siguiente, será elegir el tipo de entrenamiento. Existen dos tipos usuales: el funcional y el entrenamiento tradicional.
El entrenamiento funcional
Es personalizado. Se adapta al estilo de vida, las necesidades y la condición física. Se diseña una forma de ejercitarse. Esto se conserva aunque sea practicado en grupo.
Lo más atractivo de este tipo de entrenamiento es que es variado. Por lo general rompe con las formas tradicionales: series y repeticiones. Es divertido por su variedad. Se integra de variados ejercicios funcionales y material como el propio peso corporal: battle ropes, kettlebells, peso libre, ruedas, TRX, entre otros.
El entrenamiento tradicional
Es el entrenamiento de fuerza. Está estructurado en series y repeticiones. Este entrenamiento combina el trabajo de los grandes y pequeños grupos musculares con determinados patrones de movimientos fijos. Es un entrenamiento que también debe ser diseñado y supervisado. Este se realiza con calentamientos oportunos.
Todo entrenamiento tiene un impacto positivo sobre nuestra salud metabólica, articular y ósea. Así que cualquier tipo de entrenamiento que se elija, lo importante es realizarlo disciplinadamente.
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