La parálisis facial es un padecimiento que produce modificaciones en lo funcional y estético del rostro. Las causas de parálisis facial son múltiples pero se subdividen en: Adquiridas o congénitas. Dentro de los adquiridas se dividen en: idiopáticas, traumáticas, tumorales, infecciosas, tóxicas, neurológicas, vasculares y metabólicas.
Los pacientes que están afectados por esta patología llegan a presentar dificultades variables. Algunas centradas en las funciones de los músculos faciales y de la expresión, esto debido a que fueron afectados en la parálisis. Pueden ser: imposibilidad de cerrar por completo los ojos, movilidad en las cejas, sonreír, algunas veces hablar, y en casos más graves, la dificultad para comer. El 80% de las parálisis son idiopáticas, es decir, que no se conoce el motivo por el que se presenta, y de éstas, el 90% se recuperan sin secuelas.
¿Cómo se trata la parálisis facial?
El tratamiento de este padecimiento se hace desde una estrategia basada en las necesidades individuales de cada paciente. Lo que involucra a la participación de múltiples especialidades médicas como: oftalmología, otorrinolaringología, genética, fisiatría, cirugía plástica, neurología, fisioterapia, entre otras, mismas que son muy útiles para encontrar resultados.
En el caso de la fisioterapia lo primero es definir si la parálisis es reversible o no. Sii la parálisis es reversible se recomienda un tratamiento fisioterapéutico con evaluación anual. la posibilidad de recuperación, se determina mediante la electromiografía. Los programas de rehabilitación fisioterapéutica de la parálisis facial más recomendables son:
Transposición nerviosa
Consiste en un mínimo de 10 sesiones de fisioterapia. Con una evaluación inicial, y toma de registro audiovisual. De la segunda a la décima sesión se trabaja de acuerdo a los objetivos establecidos y se llegan a utilizar técnicas como: manejo de tejidos blandos, ejercicios faciales guiados, ejercicios posturales.
Transposición muscular
Se realiza en un mínimo de 20 sesiones de fisioterapia, también requiere una evaluación inicial para establecer objetivos específicos para trabajar con un orden de prioridad y una toma de registro audiovisual de la 2 a la sesión 20. Los objetivos planteados se deben enfocar en una sonrisa simétrica a través de diversas técnicas, que pueden ser: drenaje manual, manejo de tejidos blandos, ejercicios faciales guiados, ejercicios posturales, trabajo de imaginación, uso de tapping, y acupuntura.
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